2 €
Eso es lo que vale el precio de una sonrisa, algo que ya de por sí no tiene valor o al menos no uno calculable, pero eso es lo que me ha costado un peluchín que he comprado a un chico sordo que se pasea por los trenes, ya sea de cercanías o regionales en la estación madrileña de Chamartín.
No era la primera vez que le veía, debe ser extranjero, por su aspecto físico básicamente y te pone una tarjetita debajo de uno de esos muñequitos en la que pone que es sordo y no tiene trabajo y que hace eso para sacarse algún dinero y poder subsistir dignamente. No sé si será verdad, pero al menos va aseado y es agradecido porque, al darle el dinero junto con la tarjeta y quedarme con el peluchito de la mano me ha sonreído como hacía tiempo no veía y me ha intentado dar las gracias en ese lenguaje que emplean los sordos a los que alguna vez se les ha pretendido enseñar a hablar (lo sé por una vecina que tenemos, que es sorda y habla).
Sea como fuere, me he quedado con mi burrito y con la satisfacción de haber dado una moneda de 2 euros que parecía me estaba invitando a dársela a esa persona que probablemente necesite el dinero más que yo. O tal vez no, pero es igual, el corazón me lo pedía, tenía que gastarme ese pequeño importe para sentirme bien y la verdad es que sí.
Una se pregunta si hace este tipo de cosas para quedarse a gusto y sentir que es una parte positiva de la sociedad, tal vez sea esa motivación egoísta la que inspira en este tipo de actos, no lo sé, yo sólo sé que en ese momento mi corazón decía que 2 euros eran un precio pequeño para ver la sonrisa de ese chico que vende ilusión y alegría con unos simples peluches, creo que es el dinero mejor invertido de esta semana y es que, aunque me he quedado sin comprar una revista de decoración e interiorismo, he hecho sonreír a alguien y eso es lo más bonito que uno puede lograr en este mundo donde cada día se hace más difícil alegrarse y ser feliz.
2 comentarios:
Qué bonito lo que cuentas. Me alegro mucho, la verdad. Gestos así hacen que la vida merezca la pena, aún entre tanto disgusto. ¡Bien hecho! Y quiero foto del burrín ;)
Jeje, vaaaaaaale, haremos una foto al enano, es super lindo, de tan raro y feuchín que es :P También tenía leoncios, y eso, otro día le pillo uno también.
Y sí, la verdad que últimamente el mundo está desnaturalizado y cada día nos fijamos menos en si la persona que está a nuestro lado sufre, es una pena =(
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