Camino de magia (4ª parte)
"Todo comenzó cuando salí de esta ciudad camino a Geffen. Era por la mañana, temprano, y en mí había una mezcla de dolor por dejaros a todos y de alegría por marcharme a cumplir mi deseo, mi destino. No miré atrás en ningún momento por miedo a no querer marcharme así que seguí todo el viaje mirando al frente, admirando los bosques, las praderas, las montañas, escuchando los sonidos de los animales, observando la naturaleza. Nunca había salido de las puertas de Prontera y todo era nuevo y excitante, olores, sonidos, colores... Llegamos a Geffen al anochecer, fue en ese momento, al bajar del carro, cuando fuí consciente de que mi vida iba a cambiar por completo.
Los años como aprendiz fueron relativamente fáciles, mucho estudio y mucha disciplina, nos iban preparando para adquirir el nivel de concentración necesario para nuestra prueba de acceso a magos. Hasta que ese día llegó. El examen no fue difícil, una pequeña prueba en la que había que conseguir diversos elementos para crear una poción y una gema. Lo pasé sin dificultades y, tras darnos nuevas ropas, nuevas armas y unos cuantos zennys a cada uno, nos dijeron que era tiempo de emprender nuestro camino solos y salir al mundo a crecer en sabiduría y habilidad.
Aquello era emocionante pero Midgard tiene muchos lugares peligrosos como bien sabes y, para una joven e inexperta maga de tipo mixto como era yo, el mundo estaba lleno de animales y enemigos indeseables. Es por eso que decidí quedarme por las inmediaciones de Geffen matando animales pequeños que no ofrecían excesiva resistencia para así poder perfeccionar mis habilidades y mis ataques, puesto que mi objetivo final iba a ser la ciudad de Payon, conocida por su mazmorra llena de zombies, esqueletos y murciélagos, enemigos poco gratos de ver pero muy agradecidos para conseguir el objetivo final, el nivel de experiencia necesario para ser sabia..."
Los años como aprendiz fueron relativamente fáciles, mucho estudio y mucha disciplina, nos iban preparando para adquirir el nivel de concentración necesario para nuestra prueba de acceso a magos. Hasta que ese día llegó. El examen no fue difícil, una pequeña prueba en la que había que conseguir diversos elementos para crear una poción y una gema. Lo pasé sin dificultades y, tras darnos nuevas ropas, nuevas armas y unos cuantos zennys a cada uno, nos dijeron que era tiempo de emprender nuestro camino solos y salir al mundo a crecer en sabiduría y habilidad.
Aquello era emocionante pero Midgard tiene muchos lugares peligrosos como bien sabes y, para una joven e inexperta maga de tipo mixto como era yo, el mundo estaba lleno de animales y enemigos indeseables. Es por eso que decidí quedarme por las inmediaciones de Geffen matando animales pequeños que no ofrecían excesiva resistencia para así poder perfeccionar mis habilidades y mis ataques, puesto que mi objetivo final iba a ser la ciudad de Payon, conocida por su mazmorra llena de zombies, esqueletos y murciélagos, enemigos poco gratos de ver pero muy agradecidos para conseguir el objetivo final, el nivel de experiencia necesario para ser sabia..."
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Continuará
3 comentarios:
Glubs, qué exámenes, señores... zombies, esqueletos... qué buen rollo! jeje. Amos, que ser hechicera no es precisamente hacer magia y cosas bonicas :P
Hum.. le han preguntado por su madre... ¿cómo reaccionará ella? (Yo sigo con lo mismo, jajaja, qué marujona salí)
Jajaja, es que según lo cuentas lo visualizo todo como si lo viviera, como mola ^___^.
Yo también tengo curiosidad por la madre XD.
Besos !
Jeje, os tengo intrigadas ¿eh? Eso es lo que quiero =P A ver si otro día me inspiro un poco más y sigo, que ayer lo dejé así porque no se me ocurría nada ¬¬
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